- Trinchera Cultural
El mercader de luz: poemas para febrero
Actualizado: 23 de feb de 2019
Alberto Moreno vuelve a la carga con nuevos poemas. Aquí os dejamos dos, que corresponden a la selección de febrero.
Podéis visitar el espacio de Alberto Moreno (El Mercader de Luz) a través del siguiente ENLACE. Allí podéis conocerle un poco mejor, consultar su antología poética así como sus interesantes artículos con reseñas sobre locales literarios de Madrid donde seguro podréis pasar un buen rato.
EL GENERAL Y LA SEMILLA
Entré en los templos, golpeé
puertas y blasones.
Estatuas y plazas
con sus generales y sus nombres
eran una advertencia
de sangre seca.
Nada crece en el acero
sino cuando óxido y roto
regresa a la tierra.
Nada crece en vuestro mármol
salvo los brotes
de hierba
que humillan vuestro ego
y abren vuestras grietas.
Y vuestro afán
de libros y laureles
se desvanece al contemplar
una semilla.
Ella sola contiene
todos los enigmas
del universo
del mar
y de la tierra.
Ella sola
abarca
en su diminuta cáscara
el tiempo y los bosques,
el viento y el río,
el beso y la caricia.
¿No sentís envidia, generales?
Ella sola
puebla
vuestros incendios,
invade
vuestras plazas,
ahonda
vuestras grietas
y abraza
vuestros templos.
Y vuestro afán de tumbas
y ceniza
cae como mágico milagro
en su verde manto.
Y besa
vuestra sangre seca
en el hijo concebido
en este
puñado
de futuro
o de tierra.
Alberto Moreno.
CUANDO UNO TOMA EN SUS MANOS UN LIBRO
Cuando uno toma en sus manos un libro
y lo acaricia como a un puente,
o lo abraza como a unas alas
acaso cree que está sólo, como un binomio
de las palabras.
Entonces uno puede acurrucarse en sus ramas
o mecerse en la tempestad o la calma,
y sentir cómo el silencio y la música
penetran sin miedo, y se funden
violentamente mansos con el pulso.
Uno podría pensar que está sólo ante esa ventana,
que la tinta está seca, y sólo vive en los ojos.
Ah, pero acaso esas palabras tienen padre
y tienen madre que los parió y los quiso;
quizás fueron acunados en las noches de tormenta
y aprendieron a volar torpemente en sus dedos.
Entonces es cuando uno siente verdadero vértigo
al sentir que no está tan solo;
acaso las palabras sean botellas en la arena
o sean semillas sembradas en el viento.
O sean sólo esa distancia que existe
entre el cielo, mi cuerpo y tus labios.
Alberto Moreno.
MIS PALABRAS
Mis palabras
se fueron.
Esta distraído
cuando emprendieron
su viaje.
Ahora las busco;
puse carteles
en las flores
y en las calles.
Mis musas
ahora
me cierran la puerta,
no me cogen el teléfono.
Mis palabras se perdieron
o se fueron.
Espero
que cuando vuelvan
me traigan
nuevos soles
y nuevos pájaros.
Mientras tanto
yo las busco
en las calles
y en los ojos.
Mis palabras se fueron,
Escaparon.
Si alguien las ve
o las encuentra
decidlas que las busco
en la tierra
y en las olas.
Mis palabras un día
emprendieron el vuelo,
no quise
cerrar la ventana
ni la puerta.
Si algún día
deciden volver
espero
que no me llamen
ni me escriban.
Sino que me abracen
en el sueño
y me besen
en los labios
y entren
de nuevo
en las bisagras
de mi alma.
Alberto Moreno.
