
Trinchera Cultural
"Don Nadie" poema de L´Enfant Seul

Este poema expresa, desde el punto de vista de un ser invisible y diminuto, la sensación de no ser nadie, de ser ignorado y, más aún, de ser atacado por el Menosprecio, conjunto de gigantes con un solo ojo que juzga. Su primera parte contiene una aceptación de la condición de Nadie que permite revivir el episodio de Odiseo y Polifemo. Henry Berger ( L´Enfant Seul)
Don Nadie
I
Me acorrala el Menosprecio,
Precipicio de desprecio
De gente ingente,
Un mundo indiferente
En el que he desaparecido.
¿Quién del Soldado Desconocido
Encenderá la llama?
Nadie me llama.
Nadie me llaman.
Así apelarme aman:
Mi nombre es Nadie.
Opacos, existentes,
Corpóreos y fuertes,
Me rodean seres gigantes
Con mirada penetrante
Que me atraviesa,
Que sobre mí pesa.
Tal es su OjO OciOsO,
ViciOsO círculO viciOsO,
DesdeñOsO Orbe
Que mi vida absorbe…
Mi nombre es Nadie:
Para salvarme lo escojo
Del granuja de gran Ôjo
Que me quiere devorar.
El Menosprecio, al entrar,
Se tragó a mis compañeros,
Engulló todos mis sueños.
¡Argh! Invisible me haré
¡Y bien hondo le clavaré
Una aguda aguja
En su gran Ôjo de granuja!
Su segunda parte es una búsqueda de la esencia del Yo poético, un recorrido por sus diferentes identidades.

II
Mi peripatética vida
Que ya nadie habita
Se prostituye en burdeles
Sin ganancias, sin placeres.
¿Y qué queda de mí, hoy,
En un mundo donde ya no soy?
Presente sin presencia,
Existencia sin esencia,
Presente no presente
De un ente inexistente.
En mi interior busco
La angosta razón de mi existencia
En el cambio brusco
De naturaleza de mi esencia.
Y me sigo perdiendo,
Mi pérdida siguiendo.
Yo, la máquina de hormonas
Inarmoniosas,
El Niño Solo, el Oso,
El Juguete Defectuoso,
El Cactus, el Mono, el Leo,
El Monstruo, el Esqueleto feo,
El Poeta fracasado, en conclusión:
Don Nadie sin ningún don.
En el cambio brusco
De naturaleza de mi esencia,
En mi interior busco
La angosta razón de mi existencia.