
Trinchera Cultural
"Dios ha muerto" Montserrat Momblán (El Rincón Mágico)

La poesía ha de tener una conexión directa con la realidad.
Segunda entrega de esta poeta, Montserrat Momblán, que incorporamos a nuestro Rincón Mágico. No perdáis de vista sus poemas.
"Este poema está inspirado en muchas de las fotografías, que cruelmente reflejan y se hacen virales, de niños que están sufriendo en sus países los castigos de los conflictos bélicos y la pobreza. Es absolutamente desgarrador imaginarse qué puede ser vivir esa realidad, así que cualquier título para este poema, se me quedaba corto de adjetivos. Por eso me atreví a titularlo así, con una de las frases filosóficas más incómodas y controvertidas que tenemos; «Dios ha muerto» de Nietzsche" (Montserrat Momblán)
Dios ha muerto
No tenía ni tres años,
no sabía ni de juguetes ni de regalos,
no reconocía el reflejo de un arcoiris,
pero sí el silbido de las armas de un soldado.
No tenía ni tres años,
no distinguía el cascabeleo de un sonajero
ni hacia donde volarían los sueños,
no sabía que había canciones de cuna
que no solo se tarareaban para huir del miedo.
No tenía ni tres años,
y nunca le habían leído un cuento.
No tenía ni tres años,
y sus noches se iluminaban
de fuego en el cielo.
Y sus pies corrían descalzos,
y su rostro era ya el de un anciano.
Ese niño no tenía ni tres años,
cuando su cuerpo lleno de heridas
cuando y mientras se le escapaba la vida,
dijo;
cuando muera le contaré todo a Dios.
Y le habló de los niños nacidos
del vientre de la pobreza y la guerra,
le habló de una niña
que le tapaba los ojos a su muñeca,
mientras la protegía entre sus brazos,
mientras la sostenía a duras penas.
Dios,
cómo no darse cuenta,
cómo no escuchar su llanto,
mientras desnuda y despojada
corría esa otra niña huyendo de las llamas.
Las mismas que ardían en su espalda,
las mismas que quemaban los trozos de piel
que se calcinaban junto con su infancia.
Cuando muera le contaré todo a Dios,
ese pequeño decía,
ese pequeño mientras se le escapaba la vida,
dijo;
cuando muera le contaré todo a Dios.
Montserrat Momblán