- Trinchera Cultural
L´Enfant Seul "De disfrutar del momento presente"

Durante este confinamiento que muchos habrán aprovechado para avanzar en tareas, trabajo o lecturas que tenían pendientes.
Traigo este poema para recordar que es esencial también disfrutar del instante: un momento de vacío no es malo si sirve para relajarse, ver las horas escurrirse más lentamente sobre la piel.
Sobre todo, ahora que empieza cierto desconfinamiento, durante el cual se puede salir a pasear durante una hora, es crucial entender que no hay que aprovechar estos momentos, sino disfrutarlos
L´Enfant Seul nos invita a disfrutar de estos breves momentos...
Esperamos que gocéis de vuestros paseos, contemplando la vida al caminar despacio. Y despacio también disfrutéis de su redondilla.
De disfrutar del momento presente
I
Cuando está en su mocedá’
El niño corre deprisa
Sin pararse en donde pisa
Ni mirar por donde va;
¡Mas quién lo vio y quién lo viera
Ya con arrugada frente!:
Caminando lentamente,
Con calma, observa y espera.
Y es que se dio cuenta un día,
Al cansarse ya su pierna,
Que de su carrera eterna
Nada disfrutado había.
Desde entonces simplemente
Va intentando reparar
El error que fue pasar
Sin estar en el presente,
Por esto con lento tempo
Da paseos y se sienta
En un banco donde sienta
Que se toma bien su tiempo.
Pero el tiempo que usar pueda
Por desgracia es cosa escasa
Porque éste más fugaz pasa
Cuando a uno menos le queda.
El humano es vana sombra
Que la oscura noche apaga.
El día durante vaga
Sin posarse en una alfombra,
Pues se adhiere a un pie veloz,
Como apresurada presa
Huyendo, miedosa, obsesa,
De la Dama de la Hoz,
Cuando viene ésta y su siega
En el suelo lo fulmina,
La noche lo difumina
Mas su alma no se sosiega:
Lamenta haber en su viaje
Pasado, figura inquieta,
Siendo sólo una silueta
Pasajera en el paisaje.
Amigo, la vida es tuya,
Luego tómate tu tiempo
Antes de que el mismo Tiempo
A ti te tome y te engulla.
Tú disfruta del momento:
Antes de venir la noche
Coge el día –sin derroche–
Y anda por la vida lento.
II
Al trotamundos pisando
Toda la tierra que pueda
Le prefiero el que se queda
Las estrellas contemplando.
Porque aquél va recorriendo
Y acumula cantidad
Sin probar la calidad
De aquello que está viviendo,
¡Porque cree que es similar
El disfrute y el provecho!,
Y porque todo lo que ha hecho
Quiere rentabilizar.
Él, en su horror vacui, va
Tras la suma de experiencias
Sin multiplicar, ¡vivencias
Repletas de vacuidá’!
Lo que hay tras la lejanía
Su ojo frío no lo escruta,
Sólo vaga por su ruta
Con la mirada vacía.
¿Mas qué hacer si nuestro mundo
Confundió siempre hedonismo
Con el pronto consumismo
Que no ahonda en lo profundo?
Estos seres al acecho
Del placer superficial,
Sin principios, sin moral,
Buscando sólo el provecho,
Se suceden sin quedarse,
Con hambre que los desgasta,
Y en el exceso les basta
Con-sumirse y con-sumarse.
Así es que muerden la vida,
Que si les dicen «¡Disfruta!»
La comen como la fruta
En concursos de comida:
Con su vientre que no ayuna,
Van mañana tras mañana
Cual manzana tras manzana
Sin saborear ninguna.
Yo compadezco a estos seres
Que no hacen sino pasar,
Fantasmas que al terminar
En este orbe sus quehaceres,
Apariciones sombrías,
Ya habrán y serán pasado,
Y únicamente habrán dado
Breves pasos por los días.
* * *
Y los huyo. Yo, expectante
Aun en horas perezosas,
No querré con otras cosas
Aprovechar el instante:
En mi vía pienso hallar
El placer en el dolor,
A lo pobre dar valor,
Disfrutar, no aprovechar;
No seré uno que, en su rito,
Quiere cada hora llenada,
Porque sé que en esta Nada
Yace todo un infinito.
Lo rudo me será tierno,
Será sonoro lo mudo
Y lo efímero y menudo
Haré grande y sempiterno.
L´Enfant Seul [Poema finalista del Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid 2019]